El INDEC dio a conocer ayer la evolución de los salarios de los trabajadores del sector privado durante 2008: el aumento promedio fue de 29,3% con picos de hasta 35,5% en los sueldos de la enseñanza. En el sector público la mejora salarial del año pasado fue de 27,2%, según admite el mismo INDEC que calcula la inflación del 2008 en torno a 7,2%.
Con semejante diferencia, en los papeles aparecen menos pobres. Según el INDEC, el índice de pobreza cayó a 15,3% el año pasado desde el 20,6% registrado entre octubre de 2007 y marzo de 2008.
Si los números fueran ciertos, la mejora del salario real habría superado 300%. Probablemente los del salario sean los buenos. Porque la comparación ya no es la misma si se toman otros parámetros distintos a los del INDEC para medir la evolución del índice de precios al consumidor. Uno de los nuevos cálculos ajenos al del cuestionado organismo oficial lo está haciendo Graciela Bevacqua, la ex funcionaria del INDEC responsable del índice de precios y que fue separada del cargo debido a su enemistad con el secretario Guillermo Moreno.
Según Bevacqua las manipulaciones al índice oficial ocurrieron desde fines de 2006 y ella comenzó a reconstruir los valores reales a partir de 2007. Para ese año estimó que la inflación verdadera se debería haber ubicado en torno de 25% en 2007 y en 23,4% el año pasado. Para 2009, sostiene que el piso de la inflación, pese a la recesión económica, no bajará de 15% debido a las actualizaciones tarifarias, entre otras causas como el arrastre estadístico que deja de herencia el año pasado.
Con el maquillaje oficial la indigencia retrocedió del 5,9% al 4,4%. En la encuesta del INDEC se considera que una familia es pobre cuando sus ingresos son menores al costo de la Canasta Básica Total (CBT), que en diciembre era de 980 pesos. La Canasta Básica Alimentaria (CBA), que fija el umbral de la indigencia, alcanzaba a 444,04 pesos a fin de 2008 para una pareja con dos hijos.
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