Néstor Kirchner avisó que la plata del FMI no la quiere ni regalada. Pero debe ser de este FMI, no del que propondrá cambiar Cristina en abril durante la reunión del G-20 en Londres. Lo cierto es que el camino para reanudar las relaciones está cada vez más asfaltado. El propio vocero del Fondo, David Hawley reveló en Washington que el organismo está “interesado en profundizar el dialogo” con la Argentina. Y adelantó que en los próximos meses enviarán una misión al país para retomar las revisiones periódicas de la economía. Hacia tres años que el Gobierno K no permitía realizar estos monitoreos habituales en todos los países miembros.
El Gobierno sabe que con un superávit comercial en franco declive y sin acceso a los mercados internacionales, una de las pocas ventanillas abiertas para obtener dólares es el organismo multilateral.
La idea de Olivos es ceder sin que se note. En la Cumbre del Grupo de los 20 que se realizará el 2 de abril en Londres la presidente Cristina Fernández alentará la propuesta argentina de reformar el FMI, en particular bajar o suprimir las condicionalidades que impone la entidad para otorgar créditos. Esa será la estrategia para volver al Fondo, pero a un nuevo Fondo, un FMI bueno, que desde aquí seguramente será presentado como el que Argentina hizo posible para bien de todos. logró poner de rodillas.
La propuesta argentina es apoyada por varios países, entre ellos Brasil, pero en realidad no hay nada nuevo. De hecho desde octubre último el FMI está otorgando créditos sin condicionalidad, como los concedidos a Islandia y Hungría. Y antes que lo pidiera Cristina, ya el año pasado desde Londres, Tokio y Washington se presentaron propuestas en el mismo sentido.
La semana próxima arrancarán los contactos formales entre el Gobierno y el FMI para negociar la llegada de una misión que se encargaría de actualizar el denominado Artículo IV, la revisión anual que realiza el Fondo a todos los países miembros.
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