domingo, 14 de agosto de 2011

Otra aspirina: Europa prohíbe las ventas en descubierto

El mundo sufrió una fuerte conmoción el lunes pasado que se manifestó en una fuerte suba de la aversión al riesgo, el desplome de los mercados bursátiles y la huida de los capitales hacia las monedas consideradas como refugio seguro, el franco suizo y el yen, y también hacia el dólar para comprar bonos del Tesoro estadounidense. Los analistas coinciden que en medio de la tempestad claramente se notó una caída de la confianza en todos los mercados, debido a la crisis de la deuda europea, la tardía reacción del BCE y, sobre todo, el demorado acuerdo entre demócratas y republicanos que terminó con la resolución de Standard & Poor's de rebajar la calificación de la deuda de la primera potencia del mundo. Por otra parte, decisión del BCE de actuar en los mercados de deuda, comprando bonos también de Italia y España, tuvo un impacto inmediato a la baja de la prima de riesgo de los dos países, que son los más vigilados por los inversores en las últimas semanas. Y en ese escenario, la Fed decidió el martes mantener sus tasas de interés cerca de 0%, donde permanecen desde diciembre de 2008, y anunció que la situación económica justifica que permanezcan en niveles excepcionalmente bajos "al menos hasta mediados de 2013". Además, la institución informó que se ha discutido un paquete de medidas para promover una fuerte recuperación económica y aseguró que está preparada para aplicarlas en el momento oportuno. El miércoles, las acciones de los bancos europeos sufrieron una nueva caída, por una combinación de rumores infundados y la creciente evidencia sobre el enfriamiento de las principales economías desarrolladas del mundo. Pero el dólar y el euro vivieron el jueves su mejor día de la historia contra el franco suizo, trepando más del 6%, tras haber tocado mínimos históricos, después de que el Banco Nacional Suizo dijo que podría atar su moneda al euro para contener su apreciación. Sin embargo, tras vivir jornadas negras las bolsas del mundo tuvieron el jueves un respiro: por un dato favorable sobre la demanda de empleo en los Estados Unidos, Wall Street repuntó fuerte y apuntaló sobre el cierre el crecimiento de las bolsas europeas, que experimentaron una jornada de gran volatilidad. Y el viernes trajo por lo menos una calma momentánea el anuncio de la Autoridad Europea de Valores Financieros de que las ventas en corto al descubierto se prohibían en Francia, España, Italia y Bélgica a partir de ese día para frenar los "falsos rumores" que desestabilizaban los mercados. La complicada semana terminó con otro dato impactante, como lo fue el que mostró que la confianza del consumidor en los Estados Unidos se había desplomado en agosto hasta un mínimo de 30 años, al combinarse el temor a un estancamiento de la economía con una frustración por las políticas oficiales. Así, el euro cerraba el viernes en Wall Street a USD 1,4247. (J.A.N.)

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