
Tras resultar insuficientes las compras de bonos del BCE y las colocaciones de deuda de España, se produjo una verdadera implosión de los mercados accionarios. Milán cayó 5,2%, Madrid 3,8%, París 3,9 y Frankfurt y Londres retrocedieron 3,4%. La corriente negativa se extendió a Wall Street, donde el temor por una eventual recesión afectó seriamente a los índices: el Dow perdió 4,2% para cerrar a 11.394,50 puntos; el S&P500 resignó 4,7% y quedó apenas por encima de 1.200 mientras que el Nasdaq de las tecnológicas fue el más perjudicado con una merma de 4,9%.
Las Bolsas americanas no pudieron evitar la tendencia global. El Bovespa de San Pablo se desplomó 5,7% y el Merval porteño cayó 6,01%, afectado por la caída mundial del petróleo y por la baja de más de 9% en los papeles de Tenaris.
El precio del crudo perdió 5,7% que finalizó a u$s 86,66 por barril, y arrastró también al oro, que cedió casi 1% a uEs 1.651 por onza al cierre de Nueva York. En Chicago cayeron fuerte los commodities agrícolas: el trigo bajó 3,3%, el maíz 1,6% y la soja 2% para quedar en 494,30 dólares por tonelada.
La renta fija se fortaleció en el mundo pero no en Buenos Aires. El Bono del Tesoro americano a 10 años se afirmó y su rendimiento se contrajo a 2,4230% anual, pero en Buenos Aires hubo fuertes caídas de hasta 4,7% como en el caso de los pares en pesos. El resto de los bonos en pesos perdió 2% en promedio, mientras que el dólar se afianzaba contra el peso a $ 4,1575 en el circuito mayorista, donde el Banco Central actuó en la punta vendedora y en casas de cambio se veían valores cercanos a los $ 4,20 para la venta. (Alejandro Colle, en Hora6)
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