viernes, 16 de julio de 2010
¿Podrá mantenerse el fuerte ritmo de crecimiento?
La Presidente no tenía motivos para sentirse económicamente disminuida ante su par chino, Hu Jin Tao (foto). Según el INDEC, la actividad industrial creció 10,1% en junio y el indicador es todavía más alto si se toman estimaciones privadas como la de Orlando Ferreres, para quien el mes pasado la actividad manufacturera trepó 12,7% interanual. Pero Cristina quizás hubiera preferido mostrar los datos oficiales, que para el semestre muestran un avance de 9,6%, contra 7,5% de OJF. Tasas chinas.
La gran pregunta es si esto se podrá sostener en el segundo semestre de 2010. Entre enero y junio la industria utilizó capacidad instalada que había quedado ociosa desde la crisis de 2009. Pero ahora se llega a la frontera de producción y se deben tomar decisiones de inversión y empleo que recién madurarían en 2011, como temprano.
La decisión es difícil para un empresario que depende de insumos importados que se traban informalmente en la aduana, al igual que para otro hombre de negocios que produce, por ejemplo, aceite de soja, que en 80% se exporta a China y cuyas ventas estás bloqueadas en represalia a los obstáculos para la entrada de productos orientales a la Argentina.
Si esto no fuera suficientemente desalentador, el panorama energético agrega su cuota. El industrial que pagó una tarifa mayor de electricidad para esquivar los eventuales cortes, vio que lo hizo en vano. La llegada de los primeros fríos dejó al desnudo la falta de planificación del Ministerio de Julio de Vido. El jueves 15 de julio Cammesa informó que se superó el máximo histórico de potencia suministrada para un día hábil por el SADI con 20.396 MW. Y ya son dos los barcos frente a Bahía Blanca con gas licuado para regasificar e inyectar al sistema ante la escasez del producto.
Un panorama que deja poco margen para el optimismo: a los problemas en comercio exterior y de suministro de energía, se suman: 1) aumentos salariales de más de 20% y posible reapertura de paritarias en algún momento del segundo semestre de acuerdo a como venga la inflación, 2) cuellos de botella en producción, ante la falta de inversiones, 3) dificultad para trasladar a precios los costos incrementados, y 4) un tipo de cambio menos competitivo.
Si se mantienen las tasas de expansión del primer semestre, quizás volvamos a oír hablar de un auténtico milagro argentino.
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