domingo, 25 de julio de 2010
Bancos europeos ante una prueba no tan difícil
Según las pruebas de estrés dadas a conocer el viernes, solo 7 bancos europeos no tendrían la fuerza suficiente para soportar una nueva recesión económica. La lista no tiene nada novedoso: cinco cajas españolas (Espiga, Diada, Cívica, Cajasur y Unimm) que ya estaban golpeadas por el coletazo de la crisis griega; el alemán Hypo Real Estate Bank, afectado desde la crisis de las hipotecas subprime, y el griego ATE Bank.
Algunos bancos de los PIIGS pasaron raspando, como el alemán Deutsche Postbank, el griego Piraeus, el irlandés Allied Irish Banks, el italiano UBI Banca y el español Bankinter, al quedar con un capital tier 1 superior a 6% pero menor a 7%. Y, por supuesto, todos los grandes pasaron sin problemas, como el Santander, el BBVA, el Deutsche, el BNP, Societé Generale, los bancos nacionales de Irlanda y Grecia y el banco más antiguo del mundo aún en funcionamiento, el italiano Monte Dei Paschi Di Siena, entre otros.
La prueba tuvo un antecedente, un objetivo, y un problema. El antecedente: intentó replicar el test realizado en EE.UU. para tranquilizar al mercado luego de la caída de Lehman Brothers. El objetivo: evitar que la crisis griega se propague al resto de Europa. El problema: los supuestos utilizados y la metodología de trabajo.
En cuanto a los supuestos, las pérdidas estimadas para una situación de estrés podrían quedar cortas si la economía no responde. Para España, por caso, ¿es razonable suponer una quita de 12,3% en la deuda soberana? En ningún momento se trabajó con la hipótesis de un default, quizás por el efecto letal que tendría para la banca peninsular. Y en realidad, ambos son dependientes uno del otro: el Estado le coloca más deuda y el sistema recurre a la asistencia del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) para seguir adelante.
¿Hasta cuándo se podrá esquivar la cuenta de la fiesta que estuvo más allá de las posibilidades? Mientras funcione el pulmotor del Estado y del Banco Central Europeo, seguirán los fuegos artificiales.
Los datos económicos más recientes muestran señales de una tibia recuperación en Europa, lo que ayuda a disipar de nubes el horizonte. Los bancos podrían estar en una posición mejor a la esperada, y las pérdidas no serían mayores a las previstas en los test. Lo que sigue flotando como una nube densa es el debate acerca de la solución para resolver el problema: los ortodoxos que apoyan prudencia y ajuste, y los intervencionistas, que quieren seguir con los estímulos gubernamentales y del BCE. Mientras dure la bicicleta...
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