jueves, 17 de junio de 2010
Hoy sobran dólares, pero aparecen dudas a futuro
Se aceleró el ritmo de liquidación de divisas por parte de los exportadores y esa mayor oferta permitió que el Banco Central comprara casi u$s 250 millones en un solo día. Pero aunque se intente presentar la noticia como que hay una lluvia de dólares y que todos se matan por pasarse al peso, la realidad es otra. Las liquidaciones subieron 5,4% en las últimas seis semanas en comparación con el mismo periodo del año pasado. Pero el acumulado desde enero es solo 2,9% mayor, cifra escasa comparada con una cosecha que casi duplicó a la de 2009.
Lo que importa, a la hora del análisis, es determinar a dónde van los dólares que no se sojizan. La demanda de pesos, por caso, está creciendo (18%) menos que la inflación (real) y como la expansión monetaria que genera la compra de divisas del Central es mayor, ante una oferta rígida de bienes, necesariamente se traducirá en un impacto inflacionario. Hay más pesos en la calle y el público cada vez demanda menos, para evitar la erosión que produce la suba permanente en los precios de bienes y servicios.
Resta ver qué está sucediendo con la dolarización de carteras de público y empresas, o la formación de activos en moneda extranjera, según la denominación del BCRA. Mientras se esperan los resultados oficiales se puede anticipar que buena parte de los pesos se estaría convirtiendo a dólares, de acuerdo a los indicios y señales que proporciona el mercado:
La brecha entre el dólar oficial y indocumentado pasó en dos meses de 1% a 3%. El mayorista bajó a $ 3,9275 y el billete sin papeles se pagaba $ 4,0225 con una marcada resistencia a bajar de los 4 pesos. Esto se acentuó a partir de los mayores controles que introdujo el BCRA al mercado de cambios.
También se encarecieron los futuros de divisas y los contratos negociados en el Rofex y el Mercado Abierto Electrónico (MAE), se pactaron a un promedio de $ 4,173 para fin de año y a $ 4,42 a un año vista (fin de junio de 2011), lo que arroja tasas de interés implícitas del 11,5% al 12,4%. En abril esas tasas eran de 7,6% y 8,8% para cada plazo. Esto sugiere una mayor demanda de cobertura contra una devaluación del peso.
Hay más demanda minorista lo que se refleja en la suba dispuesta por los bancos para que los ahorristas renueven los depósitos a plazo fijo. El interés volvió a niveles de dos dígitos.
Pero no todos los dólares van al colchón o buscan otras playas. Hay una dolarización de depósitos: las colocaciones totales en dólares crecieron 5,1% en mayo, mientras que aquellas en pesos se expandieron 3,8%, (básicamente por el aumento de las imposiciones del sector público en bancos (+9,4%) por los ingresos provenientes de la recaudación impositiva.
Las estadísticas del BCRA sugieren que la fuga al dólar fue financiada con cancelación de plazos fijos en pesos: al 28 de mayo, el stock total había caído $ 694millones de pesos, mientras que el total en dólares había subido en 259 millones.
También hay un pasaje de bonos en pesos a bonos en dólares, que son los que se usan para sacar divisas a través del “contado con liquidación”.
Todo parece indicar que la percepción del mercado es que si bien los dólares hoy fluyen, no ocurriría lo mismo en el futuro.
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