El año pasado cada argentino consumió, en promedio, 55,5 kilos de carne, lo que implica una pronunciada baja respecto a las cifras históricas. Esto se debe a una menor producción de los frigoríficos y a los altos precios que atentaron contra la demanda. En el año 1921, el habitante promedio argentino demandó 53,7 kilos de carne y no bajó de los 60 kilos anuales hasta la crisis de 2002, cuando igualmente se consumieron 3 kilos más por habitante que en 2011.
La información surge de datos de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados. Según la entidad, la faena de hacienda vacuna en 2011 fue la menor de los últimos 22 años, ya que las 10,8 millones de cabezas que fueron al matadero el año pasado representan una caída de 9,2% respecto de 2010 y de 32,5% respecto de 2009.
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