El yen japonés se revalorizó 9% frente al dólar en los últimos tres meses y se convirtió en la moneda que más solidez mostró entre las divisas internacionales. La razón es que el yen fue elegido por los inversores como refugio para no correr riesgos ante la incertidumbre respecto de las economías en el grupo de los 7 países más desarrollados.
Las claves de esta semana que comienza están en las cifras de inflación en los EE.UU. y en la eurozona, y quizás la principal referencia sea la conferencia organizada por el FMI y la OIT y que tendrá lugar en Oslo.
Fueron muy pocos los datos que se conocieron la semana pasada sobre la macroeconomía en los Estados Unidos, aunque el relacionado con el empleo y el saldo de la balanza comercial, conocidos el jueves, tuvieron especial repercusión porque resultaron mejores de lo esperado. Por eso los movimientos de los tipos de cambio en el resto de las jornadas, que no fueron pocos, en general respondieron a hechos ocurridos en otros países, especialmente en la eurozona. Las dudas que produjo el anuncio de Alemania respecto a que no respaldará un fondo de rescate europeo de manera indefinida reactivaron los temores sobre los países más débiles de la UE, limitando la demanda por los activos de riesgo. A esos temores se sumaron los comentarios de la canciller alemana Angela Merkel respecto a que Berlín “no respaldará alargar los mecanismos de rescate para apuntalar al euro de manera indefinida”. Por su parte, miembros del Consejo de Basilea para la Supervisión Bancaria reconocieron desde Frankfurt que ya se han sentado las bases para un acuerdo que fortalezca el sistema financiero europeo. Mientras, la economía de los Estados Unidos continúa creciendo pero hay “señales generalizadas” de desaceleración en la actividad del país, según se indicó en el Libro Beige de la Fed. Por su parte, el yen cotizó máximos en la figura de 83 por dólar, después de que el gobernador del Banco de Japón, Masaaki Shirakawa, dijera que las autoridades monetarias no podían controlar los tipos de cambio, desalentando las expectativas de una intervención oficial para frenar la escalada de su moneda frente al dólar. La aversión al riesgo también impulsaba al franco suizo, que está cada vez está más cerca de lograr su paridad frente a la moneda estadounidense. El euro había comenzado la semana marcando máximos en la figura de 1,29 dólares pero el martes bajó hasta cotizar a 1,26 y al cierre del viernes se negociaba en New York a USD 1,2678. (J.A.N.)
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