lunes, 31 de agosto de 2009

CFK ordenó recomponer la relación con el FMI


La Presidente CFK le dio la orden de “restablecer la relación” con el FMI y con esa instrucción el ministro de Economía, Amado Boudou comenzará a negociar las condiciones en las que la Argentina regresará al Fondo. Siempre, claro está, en el marco de la liturgia K: aclaró que el organismo no realizará auditorías en las cuentas del país, sino que habrá “intercambio de información”.
Como para que quede claro que este no es el mismo FMI al que NK le tiró casi 10.000 millones de dólares en la cara para que no siguieran hurgando las cuentas del país, Boudou no deja de repetir que “se acabó la época en la que los emisarios del FMI venían a la Argentina como si fueran virreyes”. Y aclaró que el Gobierno no le pedirá dinero para “pagar sueldos como hicieron gobiernos anteriores con los resultados por todos conocidos”.
El ministro de Economía se reunirá mañana con el analista en jefe del FMI, Oliver Blanchard, para avanzar en las conversaciones sobre la recomposición de relaciones con la Argentina, paso indispensable para la anunciada intención de volver al mercado de crédito antes de fin de año.
Este encuentro comenzó a gestarse la semana pasada en ocasión de la reunión del Council of the Americas, donde tanto Boudou como el titular del Banco Central, Martín Redrado, se reunieron con el encargado del Hemisferio Occidental del FMI, Nicolás Eyzaguirre. El director gerente del Fondo, Dominque Strauss-Kahn (foto), le dio el marco político a las conversaciones por medio de una carta enviada a la presidente CFK, donde le manifestaba el deseo político del organismo multilateral de colaborar y acercarse a la Argentina.
Hasta aquí todo parece indicar que la normalización sería un mero trámite, pero aún faltan obstáculos por salvar: ¿aceptará NK que el FMI revise y corrija las cifras del INDEC, como exigen las normas? Para poder hablar de una recomposición de relaciones, el Gobierno tendrá que aceptar que el organismo revise la marcha de la economía argentina. El artículo 4 del Estatuto del FMI prescribe el análisis de la situación de los países miembros por parte de sus inspectores (los virreyes a los que se refería Boudou). Los 181 países miembros del FMI están obligados a recibir una misión anual del organismo, que analiza la situación económica y la Argentina se opone a ese examen desde que a fin de 2005 NK saldó la deuda pendiente con el organismo.
¿Cuál es el problema? En el Palacio de Hacienda, en la Casa Rosada y en Olivos preocupa que el FMI revele que la Argentina tiene tierra debajo de una alfombra de estadísticas adulteradas.
De todos modos, la instrucción es clara: restablecer la relación. Y, por cuerda separada, avanzar hacia un acuerdo con los países del Club de París, y negociar una solución para los bonistas que quedaron fuera del canje de 2005 (los llamados holdouts). Los ojos del mercado seguirán puestos en la marcha de estos tres objetivos.
Boudou y Redrado partirán el jueves a la reunión de ministros del G-20 preparatoria del encuentro de mandatarios previsto para el 24 y 25 de septiembre en Pittsburgh, oportunidad en la que seguirán acercando posiciones con el FMI y los acreedores en default.

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