El Presupuesto es el cálculo de ingresos y gastos que un funcionario debe realizar antes de comenzar un periodo de gestión. Es un ejercicio teórico y por lo general no se cumple, razón por la cual ese funcionario tiene que explicar cómo y por qué se equivocó en sus cálculos. ¿Para qué sirve? Para dar señales acerca de las intenciones.
Ayer el ministro de Economía Amado Boudou presentó el Presupuesto 2010 en el Congreso, estima un crecimiento de 2,5%, una inflación de 6,1% para todo el año y la cotización del dólar promediando los $ 3,95. También prevé un incremento en las exportaciones (12,8%) y en las importaciones (16,8%) que estiman debido al mejor contexto internacional.
Los números revelan que hay optimismo respecto de la recuperación económica, que no se modificarán las estadísticas del INDEC y que continuará la política de dólar administrado por parte del Banco Central.
Como se prevé un crecimiento de 35% a $ 43.113 millones en los derechos de exportación, la señal para el campo es que no se bajarán los niveles de las retenciones.
El Ejecutivo pronostica una expansión del gasto público de 12,4%, que hoy se expande a una tasa de 31% anual. Eso, con un aumento en la masa salarial estimado en el 14,4%y con transferencias a los sectores público y privado en un nivel similar. El gasto en personal y prestaciones jubilatorias, que gozan de este año con ajustes semestrales, implican un crecimiento mínimo del gasto primario del 8%. La señal en este capítulo es que habrá escaso margen para incrementar la inversión en obra pública y los subsidios, con lo cual es probable que comiencen a sincerarse las tarifas de los servicios públicos.
Pero mercados e inversores recibieron favorablemente el proyecto por la reducción en el nivel de gasto, porque una vez aprobados en el Congreso pueden ser reasignados por el Ejecutivo, pero no incrementados.
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