El aumento del gasto público, estimado en 30% para el último semestre de este año, es el principal condicionante para el despegue de la economía en 2010, que recibirá un fuerte viento de cola de la recuperación global, aunque en un clima de conflictividad política y social.
En esta visión coincidieron empresarios, economistas y políticos que asistieron a la 30ª Convención anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), quienes destacaron que la recuperación de otros países emergentes como Brasil, China e India, ayudará a que la Argentina vuelva a crecer el año entrante.
“Si el gasto no se reduce por debajo del crecimiento de los ingresos, habrá problemas", advirtió Rubén Vales, coordinador del Departamento de Investigaciones del IAEF, durante la última jornada de la convención realizada en Puerto Madryn. Estimó que en 2010 los ingresos deberían crecer 20% y el gasto primario 18% para que exista consistencia en las cuentas públicas.
El economista en jefe del IAEF, Alfredo Gutiérrez Girault, dijo que hay cuatro razones para mantenerse optimista en relación con la economía local para 2010, aunque advirtió que “este trimestre es crucial para alcanzar el viento de cola del año próximo”. Gutiérrez Girault dijo que los puntos positivos son la decisión de los Bancos Centrales del mundo de mantener políticas fiscales flexibles, el repunte del comercio mundial para 2010, estimado en 8%, la recuperación sincronizada de la actividad global y un dólar débil pero controlado.
El informe Escenarios 2010 presentado aquí por Gutiérrez Girault y Vales señala que durante el primer semestre de este año el gasto público aumentó 31%, subió la desconfianza del consumidor, se deterioraron los indicadores sociales y cayó la inversión privada. Reconoce que durante este trimestre se desaceleró la salida de capitales y subieron los depósitos en pesos, pero advierte que continúan los problemas fiscales para el país, bajo la presión de un gasto público que sube cerca de 25%.
Según reveló una encuesta realizada por la consultora Ernst & Young entre empresas de capital nacional y extranjeros, los empresarios consideran que es necesario generar un ambiente positivo de negocios y de seguridad jurídica, y opinaron que a pesar del pesimismo inmediato, hay optimismo a mediano plazo.
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