miércoles, 21 de octubre de 2009

Brasil: traba impositiva no frenará el aluvión de dólares


El nuevo impuesto de 2% que impuso Brasil a las inversiones extranjeras en acciones y bonos provocó una toma de ganancias en el mercado bursátil y frenó por un momento la fuerte revaluación del real. Pero todavía no está claro que la medida sirva para desalentar la importante entrada de capitales que se produce desde el mundo desarrollado hacia el emergente Brasil. Los analistas creen que dejarán de entrar unos 28.000 millones de dólares a partir de la vigencia del Impuesto sobre las Operaciones Financieras de 2% anunciado el lunes por el ministro de Hacienda Guido Mantega. Esa cifra puede parecer importante, pero pierde significación si se tiene en cuenta que las reservas internacionales del Banco Central de Brasil ascienden a u$s 244.000 millones.
El objetivo de la medida es desalentar a los especuladores bursátiles, atraídos por la fuerte suba de 140% que acumuló el Bovespa este año y frenar su efecto inmediato, que fue la apreciación del real, moneda que lleva ganado 35% en 2009, erosionando en similar proporción la competitividad de las exportaciones brasileñas.
Hay que recordar que a principios de 2008 el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (foto, junto a Barack Obama) adoptó la misma medida con éxito bastante limitado, ya que igual se produjo una revaluación del real. En esa oportunidad, el Planalto había aplicado un impuesto de 1,5% sobre el capital extranjero invertido en instrumentos de renta fija y fue eliminado en octubre del año pasado a raíz del recrudecimiento de la crisis económica internacional.
Tras el anuncio del lunes, sin embargo, el real retrocedió casi 2%, hasta 1,75 por dólar. Y si bien la baja fue pronunciada, los analistas coinciden en que el impacto de la medida en la moneda doméstica será limitado y aseguran que no logrará frenar la tendencia al alza de la bolsa paulista. Prevén un Bovespa en torno a los 70.000 puntos para fin de año (hoy está en la zona de los 65.300 puntos y llegó a caer a un piso de 29.435 en lo peor de la crisis global en octubre de 2008). No hay que perder de vista que buena parte de la suba registrada en los últimos doce meses fue debido a las compras de inversores extranjeros que desde inicio de 2009 inyectaron más de 22.000 millones de reales en la bolsa paulista.
No bajará seguramente el apetito por las inversiones en instrumentos brasileños porque es atractivo el rendimiento que prometen. El impuesto a las operaciones financieras seguramente hará migrar parte de la liquidez a los ADR de papeles brasileños que se negocian en Wall Street. Todo es relativo: el impuesto de 2% puede resultar cambio chico si la Bolsa promete subas de dos dígitos en un contexto de revaluación cambiaria.

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