Conviene poner en perspectiva los cuatro datos económicos que se conocieron esta semana: resultado fiscal de septiembre, producción industrial, crecimiento del PBI y saldo de la balanza comercial.
Cuentas fiscales: la información oficial dice que el resultado de la ejecución presupuestaria del mes pasado dejó un superávit de 3.220 millones de pesos, que se transforma en déficit solo después del pago de intereses. A pesar de las buenas cifras de ingresos que deja la recaudación tributaria, ese superávit fue posible al incorporar las llamadas “rentas de la propiedad”, que son mayormente utilidades contables del Banco Central y retiros del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (lo que eran los ahorros privados en las AFJP). De esas alcancías el Tesoro se sirvió 3.322 millones de pesos el mes pasado. El gasto, por su parte, sigue creciendo a un ritmo elevado, debido a los subsidios a transporte y energía, los incrementos salariales en el sector público y el pago de la asignación universal por hijo.
Balanza comercial: fue positiva en 1.067 millones de dólares el mes pasado, con un incremento interanual de 22,8%. El dato es bueno, pero se logró poniéndole un pie encima de las importaciones, algo de lo que la semana pasada se quejó Europa y que será tema de discusión en la agenda que llevan a Beijing dos funcionarios de Cancillería y Economía. Las impo crecieron solo 46%. El otro factor que permitió el resultado fue el salto de 41% en las exportaciones: 32% fue por aumento en cantidades vendidas y 7% por mejora de precios. Con el doble de cosecha de soja, era lógico que aumentara 103% la cantidad vendida de productos primarios, que se completó con una suba de 8% en los precios, que era más o menos lo que había ganado la oleaginosa hasta el mes pasado. Ahora está 15% arriba del precio de fin de 2009
Producción industrial: creció 9,7% según Economía y el dato lo convalidan varios estudios privados. Resulta sospechoso que no se haya registrado ningún impacto por los cortes de gas y electricidad a las empresas durante los meses del invierno y tampoco los efectos de los bloqueos a plantas como Siderar durante un tercio del mes por parte de los camioneros. El dato estadístico sirvió para que la Presidente anunciara que la economía creció 9,1% a agosto. ¿Qué impulsó el crecimiento? Un consumo anabolizado con esteroides fiscales y emisión monetaria sin respaldo. En este modelo de expansión, donde no hay inversión suficiente y la oferta de bienes está clavada, cada punto de crecimiento se traduce en 5 puntos de inflación: si el 9,1 fuera correcto, entonces la inflación real estaría en 45%. Sí, cuarenta y cinco por ciento.
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