El Mercado Unico y Libre de Cambios (MULC) argentino se caracteriza por no tener un desarrollo establemente fluido y por eso presenta habitualmente baches e interrupciones en espera de las impredecibles acciones oficiales que generalmente se revierten, de repente, mediante movimientos espasmódicos.
Es que la actual política cambiaria del Gobierno se basa, fundamentalmente, en la diaria presencia del BCRA en el mercado de contado y en el de futuros para evitar volatilidad y, especialmente en estos días, ponerle un freno a la fuerte revaluación de nuestra moneda, el peso. Es que ahora, tal como ocurre en la mayoría de los países emergentes, en nuestro mercado de cambios la oferta supera ampliamente a la demanda, por el ingreso de dólares provenientes de las exportaciones y de algunos inversionistas, en su gran mayoría de origen local, que son colocados en activos denominados en la moneda argentina porque tienen una mayor y tentadora rentabilidad.
En la corta semana pasada, por el feriado del lunes, el volumen operado entre las entidades bancarias y cambiarias fue de USD 2.263 millones, con un promedio diario de USD 566 millones, que resultó ser 18% mayor al de la anterior. Y ello ocurrió así porque el BCRA indujo a las entidades bancarias a realizar swaps cambiarios, comprando dólares al contado y vendiéndolos al ente monetario a fines de Octubre, Noviembre y Diciembre, a precios con tasas implícitas, en dólares, por encima del 11% anual. De esa manera el BCRA evitó tener que comprar las divisas excedentes del mercado y, consecuentemente, aumentar más la cantidad de dinero en circulación. Por supuesto, esa actividad oficial no es más que un artilugio con resultados de muy corto plazo que puede actuar en su contra cuando las posiciones tomadas se deshagan. Es oportuno señalar también que la operatoria comentada parecería cambiar en alguna medida la modalidad de intervención del BCRA en el mercado de contado, porque el armado de los swaps requiere más tiempo y ello puede llevar a que haya una mayor
volatilidad en las cotizaciones, tal como ocurrió en las dos últimas jornadas, que sea imposible de evitar, hecho que afectará particularmente a las operaciones relacionadas con el comercio exterior. En el mercado de futuros del Rofex se operaron el jueves y viernes más de mil millones de dólares, quedando los precios para fin de Octubre a $ 3,9710, Noviembre $ 4,0090, Diciembre $ 4,0470 y para Septiembre de 2011 a $ 4,3500. En el mercado de New York se operó el peso/dólar a un año a $ 4,3253, con tasa implícita del 9,3% anual. (J.A.N.)
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