jueves, 28 de mayo de 2009

¿Evalúan los Kirchner si conviene seguir pegados a Chávez?


El ataque de Cristina a la empresa Techint por no haber traído al país los primeros 400 millones de dólares que cobró por la expropiación de Sidor en Venezuela puede esconder la intención de ocultar el malhumor que provocó en Olivos la última medida de Hugo Chávez.
Aunque el ministro Randazzo asegure que la Presidente no sabía nada de la expropiación de Tavsa, Matesi y Consagra, en el mundo empresario se cree cada vez más que el tema fue tratado durante la visita de Chávez a Olivos y a El Calafate (foto).
Quizás nunca los Kirchner se imaginaron el tamaño y el sentido de la reacción que provocaría la medida. No esperaban el abroquelamiento empresario en el rechazo para la expropiación de esas tres empresas que representan apenas el 1% de la facturación total del grupo. No es por las empresas, es por la forma de hacer las cosas, y por las de no hacer también, porque fue el gobierno de Néstor el que promovió las inversiones argentinas en la Venzuela de Chávez, ¿o no?
La lectura es que todo tiene su límite. Y, si faltaba algo, probablemente la gota que hizo rebalsar el vaso sean las poco felices palabras del cacique centroamericano a su par brasileño Lula, asegurándole que las empresas de ese país están al resguardo de su plan expropiador. Explicable, porque de Brasil depende el ingreso de Venezuela al Mercosur. Grave, porque hay convenios de protección de inversiones que se respetan para unos y no para otros.
Ahora tal vez no alcance con la indemnización razonable que Cristina se comprometió a conseguir para Techint. Y esto es bueno para la Argentina: Néstor Kirchner seguramente debe estar evaluando la conveniencia de seguir al lado de un Chávez que ahora más que sumar, resta. Fue un aliado que financió, de diversas maneras, y con el que se hicieron negocios. Pero ya no como cuando el petróleo estaba arriba de 100 dólares.
Hay que leer bien el ataque de Cristina al holding de los Rocca. Habría que tomarlo como un exceso para ocultar el fastidio y la incomodidad que les provocó Chávez. Si se hubiera meditado, no se habría tocado un tema para el cual no había autoridad moral. ¿Cómo se puede cuestionar el depósito de los fondos fuera del país, cuando los entonces 500 millones de Santa Cruz durmieron en Suiza más de una década, no a nombre de una provincia sino de una persona física? Y tampoco se tuvo en cuenta que Techint invirtió en Argentina más de u$s 2.000 millones en el último lustro y que sus planes incluyen otros 500 millones anuales.
En medio de la campaña, lo de Chávez complica. Por eso, a NK quizás no le quede otra salida que la de un distanciamiento. Lo está meditando. Tal vez no sea casualidad que en su última defensa pública del “modelo”, haya aclarado que consiste en la articulación de lo público y lo privado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Búsqueda personalizada