Buena parte de las miradas del mundo financiero están puestas esta semana en las reuniones de la Reserva Federal de mañana y pasado, donde según los sondeos de opinión la mayoría de los analistas cree que el titular de la Fed, Ben Bernanke (foto, junto a Barack Obama), anunciará un nuevo paquete de estímulos monetarios para la economía. La reunión se celebra a semanas de haberse meneado la posibilidad de un default de Estados Unidos si no se le aprobaba la ampliación presupuestaria a la Administracion Obama. Ese episodio postergó la definición sobre la necesidad de un QE3 para esta semana.
La expectativa de una nueva ronda de alivio monetario hizo que se afirmaran nuevamente los Bonos del Tesoro de EE.UU., cuyo rendimiento cayó 5 puntos básicos a 1,96% anual, aunque también volvió a subir el oro, debido a la cada vez más complicada crisis europea. Es notable el hecho de que el oro, otro activo de refugio ante situaciones inciertas, haya bajado 1,5% a u$s 1.788 por onza y que también se haya derrumbado 2,5% el precio del petróleo. El euro caía más de 1% contra el dólar a 1,3650.
Europa está en crisis y preocupa, pero un QE3 no alcanza para conjurar los problemas en EE.UU. El presidente Barack Obama y el Congreso siguen en mala relación y todos parecen bailar en la cubierta del Titanic. Obama quiere aumentar impuestos a empresas y a personas adineradas, que resisten los republicanos, y amenaza con vetar un recorte de gastos si no le dan luz verde a su iniciativa que apunta a reducir el déficit en 3 trillones de dólares en la próxima década.
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