La pasada ha sido una semana que quedará en la historia, porque después de superar numerosas y difíciles pruebas, como lo fue el paquete de ajuste extremadamente severo aprobado por las autoridades griegas, ponerlo en funcionamiento y conseguir que los acreedores privadores aceptaran la condonación de una porción importante de la deuda helena, la Eurozona aprobó el miércoles pasado, ya de manera formal, el segundo rescate para Grecia. Efectivamente, los países de la eurozona finalmente acordaron concederle un nuevo rescate de 130.000 millones de euros, y los 17 países autorizaron al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera a desembolsar inmediatamente el primer tramo de 39.400 millones de euros del rescate aprobado. Al día siguiente, tras el cierre del mercado europeo, el FMI sorprendió anunciando la inmediata liberación de un crédito por 28.000 millones de euros para Grecia, con un primer desembolso por 1.650 millones de euros. La directora del FMI, Christine Lagarde (foto), confirmó que esa ayuda pretendía ser un apoyo durante los 4 próximos años al ambicioso programa económico que ese país ha recibido a través del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.
Mientras, en EE.UU., tras la reunión de política monetaria del martes pasado, en la que decidieron dejar las tasas sin cambios, los integrantes del FOMC de la Reserva Federal no anunciaron nuevas medidas y dieron pocas señales sobre su intención de implementar programas futuros para fortalecer la recuperación económica. En su evaluación de la economía estadounidense, los funcionarios de la Fed reconocieron mejoras en el mercado laboral, pero advirtieron que los riesgos económicos se mantienen y que la inflación podría aumentar temporalmente debido a la reciente alza que han registrado los precios del petróleo y la gasolina. Los analistas estiman que la moneda estadounidense podría experimentar nuevos avances, debido a una mejora en los pronósticos económicos para Estados Unidos. El euro respondió durante la semana a cada uno de los hechos que ocurrían, habiéndose movido dentro de una franja entre 1,3010 y 1,3180 dólares por unidad. Al cierre del viernes en el mercado de New York la moneda única se negociaba a 1,3180 dólares. (J.A.N.)
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