Los problemas de la Eurozona, en lugar solucionarse, parecen complicarse. El temor a un contagio de la crisis de deuda a países europeos con economías más sólidas crece. Tanto es así que el recelo de los inversores ha complicado en exceso la subasta de bonos de Alemania, que únicamente ha sido capaz de colocar 65% de los 6.000 millones a diez años previstos. Por primera vez, desde octubre, el interés del bound germano ha superado el 2%, situándose así por encima del bono estadounidense. Teniendo en cuenta ello, el FMI ha creado una nueva línea de crédito flexible y preventiva para romper las "cadenas de contagio" en la eurozona. Los préstamos tendrán una duración entre 12 y 24 meses hasta el 500% de la cuota de cada miembro en el primer año y hasta 1.000% en el segundo, pero con la aprobación del Consejo del FMI podría ser del 1.000% desde un principio.
No obstante, y tras marcar el miércoles un máximo semanal de 1,3560 dólares, el euro iniciaba un nuevo derrumbe que lo llevaría a cotizar al cierre del viernes en un nuevo mínimo en siete semanas de 1,3220.
Por su parte, las agencias de rating completaban el círculo de malas noticias para la eurozona. Moody’s bajó la calificación de la deuda soberana de Hungría a “basura” y Standard & Poors hizo lo propio con la de Portugal, cobrándose además al cerrar la semana una nueva víctima cuando rebajó la calificación de Bélgica un peldaño, con perspectiva negativa.
Mientras, la batalla en el seno de la UE continuaba, siendo el tema del último debate el fondo de rescate europeo a partir de 2013. El BCE y todos los países periféricos están a favor de eliminar la participación forzosa del sector privado en caso de default de la deuda pública. Francia y Alemania, con Italia como invitado de excepción, anunciaron el jueves pasado en Estrasburgo una propuesta de reforma del Tratado de la UE para reforzar la coordinación económica y la disciplina fiscal en el seno de la eurozona. Y advirtieron que consumarán ese proyecto por la vía extracomunitaria si algún país intenta frenarlo en la cumbre europea del 9 de diciembre. Grecia sigue negociando con los acreedores el canje de sus bonos, un aspecto clave en la crisis del euro, y quiere ampliar la quita hasta el 75%.
Mientras, el supercomité estadounidense creado para lograr la reducción del déficit e integrado por seis demócratas y seis republicanos, anunciaba el viernes que había sido incapaz de llegar a un acuerdo sobre el aumento de impuestos y los recortes de gastos. Fitch ha advertido a los Estados Unidos que podría rebajar la calificación de su deuda. Por su parte, el presidente Barack Obama (foto), en una inesperada conferencia de prensa que convocó en la Casa Blanca, dijo que el fracasado acuerdo se debió a la “falta de compromiso” de los representantes republicanos, afirmando que igualmente se lograrán los recortes propuestos “como sea”. (J.A.N.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario