El euro marcó el lunes pasado su máximo de 1,3441 dólares, pero en las tres últimas jornadas cedió terreno para estabilizarse en la figura de 1,32, después de que se conocieran datos macroeconómicos en los Estados Unidos mejores de lo esperado. Esas buenas noticias hicieron caer los precios de los bonos estadounidenses y aumentar sus rentabilidades, esperándose que la reducción de impuestos de Obama estimule el crecimiento económico. Por el contrario, la Unión Europea se encuentra atada con los rescates de Grecia e Irlanda y la posibilidad de contagio a algún otro país europeo, esperándose que el parlamento irlandés apruebe el paquete de rescate de EUR 85.000 millones.
Al comenzar la semana, la canciller alemana, Ángela Merkel, se manifestó en contra de la emisión de bonos conjuntos de los países de la eurozona y también se negó a aumentar el fondo de rescate de 750.000 millones de euros para asistir a países con problemas de deuda. Por su parte, el ministro de Finanzas de Irlanda, Brian Lenihan, anunció el martes las medidas presupuestarias más duras en la historia del país, que suponen 6.000 millones de euros en recortes de gastos y aumentos fiscales. Dicho plan deberá ser aprobado por el Parlamento esta semana, descontándose el voto negativo de la oposición. Al promediar la semana pasada el dólar lograba cierto equilibrio en la figura de 1,32 por euro, apuntalado por una suba en los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense, motivada por la posible disminución de la presión tributaria y un aumento de las expectativas de crecimiento de la economía de los Estados Unidos. También ocurrieron dos hechos que balancearon la situación del mercado, evitando una mayor volatilidad. Por un lado, la agencia Fitch bajó la calificación de la deuda soberana de Irlanda a "BBB+", con panorama estable, y por el otro, los pedidos semanales de subsidio por desempleo en los Estados Unidos disminuyeron más de lo esperado, constituyendo una señal positiva para el mercado laboral. Otra señal que distendió los ánimos fue la decisión de China de no elevar sus tasas de interés, aunque aumentó el encaje bancario en 50 puntos básicos. También resultaron positivas, al filo de la semana, las buenas noticias conocidas en los Estados Unidos, que mostraron una baja sorprendente del déficit comercial y un aumento de la confianza del consumidor. Así, los operadores esperan el resultado de la reunión de mañana de la Fed y los analistas afirman que el euro permanece en una tendencia bajista, siendo el próximo objetivo clave el de 1,3150 dólares, con probabilidad de que pueda caer hasta su mínimo de diciembre de 1,2970 dólares en las próximas semanas. Al cierre del viernes cotizaba a USD 1,3245. (J.A.N.)
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