lunes, 22 de noviembre de 2010

Pacto social, ¿vocación de arreglar o más gatopartidismo?

¿Puede haber un pacto social en la Argentina de 2011? Para poder responder al interrogante, hay que analizar a cada uno de los protagonistas que eventualmente se sentarán a la mesa para definir qué porción de la torta quieren y que parte están dispuestos a ceder el año entrante.
El titular de la Unión Industria, Héctor Méndez, parece interesado en pactar con los gremios y el Estado -¿o el Gobierno?- una tregua capaz de evitar la cercanía al precipicio de las paritarias. Pero ya advirtió que se sentará a hablar de todo, y que si hubiera un mínimo condicionante, no irá. Pero, en definitiva, lo que tendrá que ceder es porcentajes de aumentos de precios.
Los asalariados, representados (¿) por el camionero y titular de la CGT, Hugo Moyano (foto), deberán resignar porcentajes de ajuste salarial y, según habrían acordado en Olivos la Presidente y el pope gremialista, olvidarse de participar en el 10% de las ganancias de las empresas.
Está más o menos claro qué es lo que el Gobierno espera de los otros dos interlocutores: moderación en los aumentos. Lo que no queda claro aún es qué está dispuesto a ceder el Ejecutivo, para poder sellar un acuerdo.
No es el caso de Moyano, que probablemente esté más interesado en aceptar una distracción judicial que defender el interés de quienes cobran un sueldo. Pero sí el de los empresarios, que saben de memoria que el drama de la inflación no se resuelve poniendo un tope a precios y salarios, si no hay un marco fiscal y monetario adecuado.
La pregunta entonces, debería ser otra. ¿Aceptará el Ejecutivo moderar emisión monetaria y gasto público, ambos subiendo a más de 35%, en vísperas de un decisivo año electoral?
Si la respuesta es afirmativa, probablemente se haya comenzado a andar el camino adecuado para desarmar la bomba de la inflación. Si es negativa, entonces lo más probable es que no haya pacto alguno.
Lo positivo de todo esto es que la Presidente implícitamente admitió que hay inflación y que el tema, más allá de lo que dice el Indec, le preocupa. Lo malo es que la mesa del acuerdo está convocada para… dentro de 90 días… Y uno, conociendo la Argentina puede legítimamente preguntarse...¿hay tanto margen? (Alejandro Colle)

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