La aparente tregua que se había observado en las jornadas anteriores en los mercados de deuda, de renta variable y de cambios precedió a la primera subasta a tres años que realizó el BCE el miércoles pasado y que, realmente, debería haber mitigado las carencias de liquidez de 523 entidades bancarias. En efecto, la sorpresiva inyección de fondos que hizo el ente monetario de la eurozona fue de nada menos que de 489.191 millones de euros, superando las previsiones de los analistas. Pero una vez conocidos esos datos las empresas de inversión reiteraron sus dudas sobre la posibilidad de que la banca utilice realmente ese capital para la compra de deuda pública y ven difícil que su resultado tenga un impacto positivo a largo plazo. Lo lógico sería, según los analistas, que dichas entidades usaran la mayor parte de los fondos recibidos para cubrir los vencimientos de los próximos años y realizaran carry trade con deuda pública, lo que permitirá mejorar las cuentas de resultados. Sin embargo, las dudas al respecto persisten.
Entretanto se anunció que se pondrá a consideración de los países integrantes de la eurozona el primer borrador del tratado internacional preparado por la Comisión Europea para endurecer la disciplina presupuestaria. La principal sorpresa del proyecto estriba en que su entrada en vigor no necesitará esperar a la ratificación de los 17 socios de la UE, excluida ya Gran Bretaña, y según el artículo 14 del borrador se pondrá en marcha tan pronto como lo hayan ratificado por lo menos nueve países, mientras que el resto lo podrá hacer a medida que convaliden el texto con arreglo a sus respectivos ordenamientos jurídicos. El tratado obligará a los países firmantes al equilibrio presupuestario y solo tolerará un déficit estructural de 0,5% del PIB como máximo. Las negociaciones deberán concluirse antes de marzo de 2012. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, anunció la convocatoria de una nueva cumbre informal de líderes de la Unión Europea para el 30 de enero.
Y al término de la semana agregaba un motivo más de preocupación la versión de que Standard & Poor’s esperará a enero para anunciar si baja el rating a quince países de la eurozona. El sentimiento que prevalecía era de cautela y por eso se notaba un leve aumento de la aversión al riesgo, manteniéndose el euro estable cotizando en la figura de 1,30 por dólar, en un mercado con menor actividad en volumen y volatilidad, por la cercanía de la Navidad y fin de año.
En los Estados Unidos se conocieron nuevos buenos datos económicos, como los referidos a la construcción y venta de viviendas, los pedidos de subsidio por desempleo que cayeron a su menor nivel en más de tres años y medio, las órdenes de bienes duraderos que aumentaron 3,8%, su mayor nivel desde julio, y la confianza del consumidor que aumentó a su máximo nivel en seis meses. Al cierre del viernes el euro se negociaba en el mercado de New York a 1,3040 dólares. (J.A.N.)
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