Finalmente, el jueves pasado, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea alcanzaron un acuerdo sobre el segundo rescate de Grecia, que incluirá nuevos préstamos de la UE y el FMI y una contribución de la banca privada, a la que se pedirá que acepte un aplazamiento del pago de los bonos griegos. El objetivo del plan es frenar el contagio de la crisis de deuda helena a España e Italia y para lograrlo se prevé, además, flexibilizar el fondo de rescate de 750.000 millones de euros, permitiendo que se den créditos preventivos y se recapitalice a los bancos de países con problemas, aunque no hayan sido rescatados.
Además, el Eurogrupo aprobó rebajar al 3,5% las tasas de los préstamos ya otorgados y el plazo de devolución se amplía de los actuales 7,5 años a un mínimo de 15 años, pudiendo ser extendidos a 30 años. La contribución de la banca se orquestará mediante un programa de canje o renovación de los bonos griegos que vencen en los próximos años por otros con un mayor plazo de vencimiento. Ello supondrá un aporte de 37.000 millones de euros. Además, habrá un plan de recompra de bonos griegos por valor de 12.600 millones.
Los líderes de la Unión Europea elogiaron las "ambiciosas reformas" realizadas por España en materia fiscal, estructural y en el sector financiero, para evitar el contagio de la crisis de deuda de la eurozona y dieron la bienvenida también al "plan presupuestario presentado recientemente por el Gobierno italiano, que le permitirá disminuir el déficit por debajo del 3% en 2012 y alcanzar el equilibrio presupuestario en 2014". El texto del acuerdo finaliza con esta conclusión: "Todos los Estados miembros de la eurozona deben cumplir estrictamente los objetivos fiscales acordados, mejorar la competitividad y corregir los desequilibrios estructurales". El mercado ya había anticipado estas buenas noticias y por eso el euro subió fuertemente en los últimos días, hasta marcar un máximo de 1,4430 dólares. Pero al otro lado del Atlántico la situación continúa sin definiciones. "Estados Unidos no entrará en default. Pueden estar tranquilos de eso", afirmó el republicano John Kyl (foto), al inicio de la semana pasada, pese a que admitió que aún no había coincidencia con sus pares demócratas sobre la forma de alcanzar un compromiso fiscal. No obstante, el hecho hizo decrecer el temor de que el país entre en moratoria de pagos, generado por la resistencia de la minoría republicana a prestar su voto para una extensión del tope legal que tiene el gobierno federal para emitir deuda. "Todavía no sabemos muy bien cómo lograr un acuerdo para recortar el gasto, pero lo haremos", añadió el senador por Arizona. Ante los rumores de un posible acuerdo, la Casa Blanca desmintió el jueves esas versiones y prefirió bajar las expectativas, al afirmar que "no hay avances que anunciar" en las negociaciones en curso, dijo el vocero del presidente Obama, Jay Carney. Al cierre del viernes el euro cotizaba en el mercado de New York a USD 1,4360. (J.A.N.)
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