Los nuevos datos positivos acerca de la economía estadounidense apuntalaron al dólar en el mundo y confirmaron que hay una recuperación en camino. El euro, en cambio, se ve afectado por la tensión en Oriente Medio, aún luego de la renuncia de Hosni Mubarak a la presidencia de Egipto, y por la preocupación que resurgió respecto de la deuda de Portugal. Esto último, a su vez, revivió los temores por un probable contagio a los países de la periferia europea. Según los analistas esto, que se suma a otros factores, debería jugar en contra del euro en la semana que se inicia.
Mientras, China volvió a lanzar otro freno a los mercados, al anunciar su tercera suba de tasas en los cuatro últimos meses, que ahora es de 3% anual para depósitos. Su inflación podría dispararse a 6% anualizado en enero, mientras el crecimiento económico se mantendría cerca del 10%.
Al comenzar la semana pasada el dólar mantenía su fortaleza, cotizando en la figura de 1,35 por euro, sostenido también por un flojo dato sobre los pedidos industriales en Alemania y porque los inversionistas vendían euros al desvanecerse las expectativas de un incremento en las tasas de interés de la eurozona en los próximos meses. Pero todo cambió el martes, cuando se conoció la noticia de que el banco central de China había subido su tasa de interés en 25 puntos básicos a 3%, lo que generó preocupaciones en torno al crecimiento económico de ese país. El mercado cambió entonces su sentimiento, volviendo a prevalecer el apetito por el riesgo que favoreció fuertemente al euro, que así logró marcar su máximo de 1,3740 dólares. También jugaron a favor de la moneda única un alivio de las tensiones en el Medio Oriente y su repentina fuerte demanda por parte de bancos centrales asiáticos, que la compraban contra el dólar australiano, que perdía valor por ser el principal proveedor de materias primas de China.
El presidente de la Fed, Ben Bernanke, dijo el miércoles pasado, en su informe al Congreso, que "hay señales crecientes de que la reactivación económica se ha fortalecido", con un mayor gasto de los consumidores y las empresas. Además, señaló que el gobierno y el Congreso debían trabajar juntos en una reforma de la política impositiva y en un plan que permita reducir los gastos y, por tanto, el déficit. Así, el dólar amplió el jueves sus ganancias frente al yen y el euro, después de conocerse la buena noticia sobre una caída mayor a la esperada en los pedidos de subsidios por desempleo en los Estados Unidos durante la última semana, su menor nivel desde julio del 2008.
Finalmente, la divisa estadounidense logró el viernes marcar un máximo de 1,3497 por euro y pudo terminar la semana reafirmando su fortaleza, tras una breve caída registrada ese día por las noticias de la renuncia del presidente egipcio. Es notorio que los datos económicos que se van conociendo muestran que la primera potencia del mundo sigue repuntando, mientras que la eurozona entrará en un período plagado de obstáculos, que van desde la ampliación de los diferenciales de deuda hasta un pesado cronograma de subastas de bonos por parte de los países periféricos. Al cierre del viernes en el mercado de New York el euro se negociaba a 1,3530 dólares. (J.A.N.)
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