jueves, 24 de febrero de 2011

El modelo K ante el riesgo de implosión

Escribe Alejandro Colle

Implosión: Acción de romperse hacia dentro con estruendo... (drae)

Varios datos económicos preocupantes coinciden hoy y, alineados como en una constelación, sirven para explicar por qué los títulos públicos argentinos se desplomaron hasta 8,6% y se mantiene recalentado el circuito cambiario con un precio de 4,21 pesos para el dólar que surge de triangular bonos entre Buenos Aires y Nueva York.
Primero: se confirmó la fuerte caída del superávit comercial. En enero fue 58% menor al mismo mes de 2010, y alcanzó a apenas u$s 513 millones. Se aceleró el aumento interanual de las importaciones (52%) y no mejoran las exportaciones (22%). La proyección anual apunta a un superávit de u$d 6.000 millones, prácticamente la mitad del saldo de 2010.
Segundo: con la crisis en Oriente Medio y el Norte de Africa el petróleo los 100 dólares por barril y amenaza con detener el crecimiento mundial. Para Argentina, que es importadora neta de energía, significa un aumento de u$s 2.500 millones en las compras al exterior de gas y electricidad.
Tercero: el superávit fiscal que dio a conocer Economía no sería tal si se excluyen de la contabilidad a los aportes de ANSES y organismos oficiales. Para las autoridades, enero cerró $ 2.105 millones arriba, pero la realidad es que tanto el superávit primario como el resultado financiero de las cuentas del Tesoro cerraron en rojo: $ 422,2 millones y $ 2.309 millones respectivamente.
De esta forma se advierte que se están resquebrajando los pilares del modelo K y de no acertar con las respuestas podría terminar en implosión. La proyección de un menor saldo comercial explica las medidas aisladas para obstaculizar algunas importaciones, pero que al final del día no tienen efecto en el resultado (el grueso son compras externas son de energía y bienes de capital). No se entiende por qué no se agilizan exportaciones en vez de exponerse a represalias de los socios comerciales.
En un contexto de inversión insuficiente y rigidez de oferta, el freno a las importaciones amenaza con frenar el crecimiento y aumentar todavía más las presiones inflacionarias, aparte de los incrementos salariales que rondan 30%.
La falta de respuestas adecuadas o la negación de los problemas reales, las trabas al normal funcionamiento de los mercados (externo, granos, cambio) solo agregan leña al fuego de la preocupación y enciende expectativas negativas, que se traducen en demanda de activos de resguardo: dólares.
En enero la formación de activos externos fue de u$s 1.400 millones y la proyección inicial, sin más nerviosismo y sin incorporar el componente político del año electoral, apunta más a u$s 16 mil millones que a los u$s 12 mil de 2010.
La cuenta no es muy difícil y el argentino medio intuitivamente la hace aún sin tener formación económica: si este año no sobran tantos dólares comerciales, se gastarán u$s 10 mil millones para pagar deuda y la dolarización de carteras apunta a u$s 16 mil millones, entonces faltarían unos 20 mil millones de dólares. ¿De dónde saldrán? ¿Aceptará el Gobierno bajar las reservas a menos de 30 mil millones? ¿Dejará de pagar los bonos? ¿Frenará la dolarización con más controles?
Las reacciones que se están observando son perfectamente racionales: si escaseará la oferta y además se restringirá el acceso a un mercado, entonces la demanda se acelera y los precios tienden a subir. No debe extrañar entonces que la brecha entre el dólar de casas de cambio y el “blue” sea de casi 5%, que el contado con liquidación de bonos esté por encima de 4,21 ó que los títulos públicos hayan caído hasta 8,6% en el día y más de 15% en menos de dos meses, mientras los bonos cortos en dólares no caen porque son un atajo que toman las empresas para hacerse de divisas y sortear el límite de 2 millones mensuales autorizados por el Banco Central.

lunes, 21 de febrero de 2011

La fusión de Frankfurt y Nueva York crea el mayor mercado bursátil del mundo

Las Bolsas de Frankfurt y de Nueva York acordaron la semana pasada una fusión que las convertirá en el mayor mercado de valores del mundo. Deutsche Boerse tendrá 60% de la nueva empresa combinada y 9 de los 15 directivos del nuevo comité ejecutivo, el resto provendrá de NYSE Euronext, que controla la Bolsa neoyorquina.
De esta forma ambas bolsas se convierten en la mayor plaza bursátil del mundo por facturación, beneficios y capitalización bursátil, y también será líder en la negociación de derivados financieros.
Con la transacción se crea una nueva empresa, con una capitalización bursátil de US$9.990 millones y 7.000 empleados, cuya sede jurídica estará en Amsterdam y sus acciones cotizarán en las bolsas de Frankfurt, Nueva York y París. Las Bolsas nacionales mantendrán su nombre en sus respectivos países de origen.
Mientras muchos dan por hecho esta unión, algunos medios locales informaron que la fusión pueden truncarse o encarecerse mucho con una contra-oferta combinada de la Bolsa de derivados de Chicago (CME Group) y del mercado de valores tecnológicos Nasdaq, que podrían intentar quedarse con Euronext. De aquí se desprende que la fusion de la bolsa de Nueva York con la de Frankfurt aun no está 100% terminada.
NYSE Euronext, fue creada en abril de 2007 después de que el NYSE Group comprara la plataforma europea Euronext, constituida en el 2000 con la fusión de las bolsas de París, Amsterdam y Bruselas.
Deutsche Börse opera en el mercado de derivados a través de Eurex y NYSE Euronext, a través de Liffe. Juntas formarán la mayor plataforma de derivados financieros del mundo en la que se negociarán diariamente 19 millones de contratos. Esta fusión ha pateado el tablero, ya que de concretarse la fusión, la nueva empresa tendrá una cuota de mercado en la negociación de derivados de Estados Unidos del 40% y en Europa del 95%.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Preocupante tendencia suicida en el Gobierno


Escribe Alejandro Colle

El dólar se calentó en el circuito marginal y llegó a 4,19 pesos el precio resultante de la triangulación entre pesos y bonos o acciones que cotizan en Wall Street , para obtener las divisas. Es el llamado “contado con liquidación” (de bonos o ADRs) y lo llamativo es que esta variante de dólar superó al precio del billete marginal, el que se vende fuera del mercado y para lo que no hace falta cumplir ninguno de los requisitos formales, como identificarse y justificar el origen de los fondos, sino apenas la elemental condición de tener la suficiente contraparte de pesos. En ese mercado el precio es de $ 4,16 mientras que en las pizarras de las casas de cambio es de $ 4,05 y en el mercado mayorista, de $ 4,0250 por unidad.
Primera pregunta para esta realidad: ¿Por qué alguien compra dólar transferencia a $ 4,19 si lo que puede obtener a $ 4,0250? ¿o a $ 4,16 lo que puede conseguir a 4,05 pesos? Si aceptamos que los agentes económicos se mueven con racionalidad, la razón sugiere que los dos mercados no son iguales. Y la diferencia de precio que se paga tiene que ver con la racionalidad de evitar tener que hacer trámites adicionales ante organismos oficiales para explicar el origen de los fondos e inclusive las razones por las que se decidió cambiar pesos por dólares, en un mercado que eufemísticamente se llama “libre y único”.
Y esto lleva a la segunda pregunta: ¿Por qué hay más demanda de dólares cuando en el mundo la divisa de EE.UU. está ofrecida y aquí sobran dólares? La respuesta no hay que buscarla en criterios de racionalidad financiera sino como resultado de la inquietud generada a partir de ciertas medidas y acciones oficiales que llevan a dudar respecto del resultado del balance cambiario de este año en el que se realizarán las elecciones presidenciales.
La persecución a analistas y consultores que miden la inflación con amenaza de multas; la prohibición de importar primero autos de alta gama y ahora casi todo; la obligación de justificar operaciones con acciones o títulos públicos por más de 40 mil pesos; o la no autorización a exportar 5 millones de toneladas de trigo excedente, son algunas de las medidas que se riñen con la lógica, del mismo modo que parece un insulto a la inteligencia media la persistencia en negar la suba generalizada de precios (para no llamarla inflación, y evitar ser anatemizado) cuando se la puede comprobar con solo cruzar al supermercado.
Y la negación oficial de la realidad lleva a pensar que no hay gestión o que la respuesta no es la adecuada: las milanesas del mercado central no parecen una respuesta seria para un problema que se origina en la emisión de moneda a una tasa de 35% anual, el aumento del gasto público por encima de 40%, o pedidos de aumentos salariales superiores a 30%.
¿Fueron noticias destituyentes la falta de billetes de fin de año, la escasez de naftas o los cortes de luz? ¿Es serio atribuir la suba de precios a la perversidad de los empresarios, a quienes se les cobran impuestos por ganancias que no son tales porque no se autoriza el ajuste por inflación en los balances, y además se los quiere hacer compartir esos falsos beneficios con los trabajadores?
El resultado no puede ser otro que menos inversión, menos empleo, menos comercio, menos dólares y más nerviosismo cambiario, a lo que además contribuye la falta de sensatez, prudencia y moderación en la requisa del contenido del avión militar norteamericano invitado oficialmente, ni en el pie que se puso encima de las importaciones, porque se abren las puertas de par en par a previsibles represalias, como ya sucedió el año pasado con las compras de aceite de soja de China, cuando se trabó el comercio exterior. Y el incidente con los EE.UU. tampoco parece actitud racional en un Gobierno que apunta a regularizar su deuda con el Club de París, cuyos países miembros son amigos de Washington, cuyo pulgar es decisivo además en el G-20, donde son varios las naciones que pretenden y reclaman la silla que Argentina se ganó en ese grupo hace ya más de tres administraciones.
Parece suicida generar nerviosismo cambiario y alentar dolarización de portafolios, cuando la supervivencia del “modelo” político, económico, social y cultural K depende en muy buena proporción del exceso de divisas. Hoy las reservas superan u$s 51.000 millones, pero si se complica más el saldo del comercio exterior, vencen obligaciones externas por más de u$s 9.000 millones, la clave pasa por llevar calma y no agitar las olas para que la dolarización de carteras se parezca más a los u$s 11.500 millones del año pasado y no a los u$s 23.800 millones del 2008, que condujo a la estatización de las AFJP.

lunes, 14 de febrero de 2011

Crecen los depósitos, pero más los del sector público

Los depósitos bancarios crecieron 37,4% en pesos y 45% en dólares en 2010, según las estadísticas oficiales, que llegan hasta octubre. Pero al analizar las colocaciones por tipo de depositante, se advierte que el resultado positivo lo definió el sector público. Los privados aumentaron los depósitos 25%, lo cual es menos que la inflación medida por el consenso de los economistas y las consultoras no oficiales, mientras que los plazo fijos de organismos e instituciones dependientes del Gobierno subieron hasta 150% el año pasado.
El total de depósitos en pesos del sector público creció 72,2% entre enero y octubre de 2010, pero los plazos fijos lo hicieron 149,3%. Y el total de colocaciones oficiales en dólares subió 183,4%.
Los privados en cambio aumentaron 25,3% sus colocaciones a plazo fijo, mientras que las cuentas corrientes registraron un incremento de 23,1% y las cajas de ahorro 16,9%. El total de colocaciones del público y empresas en pesos subió 22,1%. Y los depósitos en dólares crecieron 6,8%.
En números absolutos, los depósitos a plazo privados pasaron de $ 63.686 millones a $ 79.824 millones, mientras que los oficiales pasaron de $ 23.844 a $ 59.434 millones. Las cuentas corrientes de privados pasaron de $ 45.676 a 56.230 millones de pesos con un alza de 23,1%. Y las del sector público, de $ 38.398 millones a $ 51.378 millones.
En dólares, los privados pasaron de $ 22.110 millones a $ 23.616 millones, mientras que los oficiales subieron de u$s 6.099 millones a u$s 17.287 millones. (A.C.)

domingo, 13 de febrero de 2011

Dólar favorecido mundialmente por buenas noticias

Los nuevos datos positivos acerca de la economía estadounidense apuntalaron al dólar en el mundo y confirmaron que hay una recuperación en camino. El euro, en cambio, se ve afectado por la tensión en Oriente Medio, aún luego de la renuncia de Hosni Mubarak a la presidencia de Egipto, y por la preocupación que resurgió respecto de la deuda de Portugal. Esto último, a su vez, revivió los temores por un probable contagio a los países de la periferia europea. Según los analistas esto, que se suma a otros factores, debería jugar en contra del euro en la semana que se inicia.
Mientras, China volvió a lanzar otro freno a los mercados, al anunciar su tercera suba de tasas en los cuatro últimos meses, que ahora es de 3% anual para depósitos. Su inflación podría dispararse a 6% anualizado en enero, mientras el crecimiento económico se mantendría cerca del 10%.
Al comenzar la semana pasada el dólar mantenía su fortaleza, cotizando en la figura de 1,35 por euro, sostenido también por un flojo dato sobre los pedidos industriales en Alemania y porque los inversionistas vendían euros al desvanecerse las expectativas de un incremento en las tasas de interés de la eurozona en los próximos meses. Pero todo cambió el martes, cuando se conoció la noticia de que el banco central de China había subido su tasa de interés en 25 puntos básicos a 3%, lo que generó preocupaciones en torno al crecimiento económico de ese país. El mercado cambió entonces su sentimiento, volviendo a prevalecer el apetito por el riesgo que favoreció fuertemente al euro, que así logró marcar su máximo de 1,3740 dólares. También jugaron a favor de la moneda única un alivio de las tensiones en el Medio Oriente y su repentina fuerte demanda por parte de bancos centrales asiáticos, que la compraban contra el dólar australiano, que perdía valor por ser el principal proveedor de materias primas de China.
El presidente de la Fed, Ben Bernanke, dijo el miércoles pasado, en su informe al Congreso, que "hay señales crecientes de que la reactivación económica se ha fortalecido", con un mayor gasto de los consumidores y las empresas. Además, señaló que el gobierno y el Congreso debían trabajar juntos en una reforma de la política impositiva y en un plan que permita reducir los gastos y, por tanto, el déficit. Así, el dólar amplió el jueves sus ganancias frente al yen y el euro, después de conocerse la buena noticia sobre una caída mayor a la esperada en los pedidos de subsidios por desempleo en los Estados Unidos durante la última semana, su menor nivel desde julio del 2008.
Finalmente, la divisa estadounidense logró el viernes marcar un máximo de 1,3497 por euro y pudo terminar la semana reafirmando su fortaleza, tras una breve caída registrada ese día por las noticias de la renuncia del presidente egipcio. Es notorio que los datos económicos que se van conociendo muestran que la primera potencia del mundo sigue repuntando, mientras que la eurozona entrará en un período plagado de obstáculos, que van desde la ampliación de los diferenciales de deuda hasta un pesado cronograma de subastas de bonos por parte de los países periféricos. Al cierre del viernes en el mercado de New York el euro se negociaba a 1,3530 dólares. (J.A.N.)

Se afirma el dólar en Buenos Aires, con más demanda genuina

Dado el aislamiento de la Argentina, es habitual que el dólar recorra en el mercado local un camino inverso al del mundo civilizado. Sin embargo, esta vez la moneda estadounidense se fortaleció también frente al peso, aunque levemente y por cuarta semana consecutiva. Así, después de cotizar el 21 de Enero a $ 3,9830, el viernes pasado el Banco Nación fijó su cierre vendedor de transferencia en $ 4,0220, constituyendo este precio un nuevo récord histórico. Es evidente que el BCRA no quiere que nuestra moneda se revalúe frente al dólar y por eso ha optado por ir reduciendo su valor, pero moderadamente, para no alentar el proceso inflacionario.
Sin embargo, esta política se ejecuta dando la impresión de inseguridad, imprecisión y, en algunas instancias, con evidentes apresuramientos, todo lo cual contribuye a frenar y obstaculizar la acción de los operadores, que prefieren, entonces, esperar la presencia activa del BCRA para decidir en consecuencia el rumbo a seguir. Y por eso se suceden una y otra vez los que parecen a veces interminables períodos de casi total inactividad en el mercado que, de todas maneras, la semana pasada logró aumentar 12% sus volúmenes operados entre entidades bancarias y cambiarias, al sumar las cantidades transadas USD 3.017 millones, con un volumen diario de USD 603 millones. De todas maneras, hubo jornadas en que predominaron las swaps cambiarios, con los que los bancos pueden generar o invertir pesos con fines financieros y que, por ser operaciones de compra y venta simultáneas, contribuyen a aumentar considerablemente las cantidades operadas. Pero también es cierto que en algunos momentos el mercado muestra una mayor presencia de demandantes y es cuando el tipo de cambio tiende a subir y esto preocupa al ente monetario que prefiere reservarse para sí provocar esa alternativa, en lugar de dejar que el mercado lo haga por su cuenta, como debería hacerlo normalmente.
Otro tema que merece especial atención es el de las reservas del BCRA, que se mantienen estables porque con las compras realizadas recientemente se están pagando deudas. Sería bueno que se informara detalladamente lo que se hace al respecto. Y esto queda demostrado con lo que ocurrió la semana pasada, cuando las reservas sumaron al cierre USD 52.387 millones, mostrando una disminución de USD 122 millones, a pesar de las compras realizadas por el Central en casi todas las jornadas. En el mercado de futuros del Rofex el peso/dólar cotizó para fin de mes a $ 4,0440, Marzo $ 4,0820, Junio $ 4,1830 y Diciembre $ 4,3900. En el mercado de futuros en Wall Street el peso argentino se negoció a un año de plazo frente al dólar a $ 4,5065 (con una tasa implícita de 12%). (J.A.N.)

jueves, 10 de febrero de 2011

Fuerte suba de hasta 3,6% en granos tras informe del USDA

Maíz y soja cerraron con fuertes alzas en Chicago, impulsados por el informe de Oferta y Demanda mundial de febrero que difundió el Departamento de Agricultura norteamericano, que redujo la estimación de los stocks finales de la campaña estadounidenses 2010/11, al mínimo nivel de los últimos 15 años. El motivo fue el mayor uso que se está danto al maíz para la producción de etanol como y otros usos industriales.
El reporte del USDA también dio señales alcistas para el trigo, al recortar levemente los inventarios finales a nivel mundial. Y en soja, las proyecciones fueron más bien bajistas en precios en comparación con lo esperado, pero la oleaginosa se movió en alza arrastrada por la fuerte suba del maíz que ganó 3,6%. El trigo ganó 1,3% y la soja 1,2% en Chicago.
Los fondos acompañaron la tónica compradora del mercado y de la misma manera influyó en la firmeza de los precios la caída del dólar frente al euro a la figura de 1,37, ya que mejora la competitividad de los productos norteamericanos. La preocupación por las condiciones climáticas adversas para las plantaciones de trigo en algunas regiones de EE.UU. y China apuntaló la tendencia alcista y si las subas no fueron mayores es porque se prevé clima favorable para los cultivos en Brasil y la Argentina.
La plaza local reflejó una mejora en las cotizaciones de Chicago y las ofertas abiertas por la soja de la vieja campaña se elevaron hasta $ 1.430 en el disponible, aunque podía conseguirse un precio más alto por lote (se negociaron 20 mil toneladas). Por el poroto del ciclo 10/11 los valores treparon a U$S 350 para la posición de mayo, operándose 10 mil toneladas. En el disponible de maíz, se pagó hasta $ 790 por el forrajero, negociándose poco más de 5 mil toneladas. En lo que respecta al grano de la nueva campaña, llegó a valer U$S 200 con calidad grado dos para entrega en mayo, con operaciones por 90 mil toneladas.

martes, 8 de febrero de 2011

Desconcierto por medidas inconexas y presiones sindicales retraen negocios en Bolsa y recalientan el dólar

En un contexto de mercados mundiales positivos, la Bolsa porteña cedió casi 2% y los operadores atribuyeron la caída a una combinación de toma de ganancias y al ruido que introdujo la disposición de informar operaciones bursátiles superiores a 40 mil pesos. Pero también incide la negociación salarial, que además de manejarse en niveles que ponen en riesgo la viabilidad de algunas empresas, amenaza con meterse también en las ganancias para participarlas con los trabajadores, como en el polémico proyecto de Héctor Recalde que hasta ahora había frenado el Gobierno.
De hecho el volumen de negocios se redujo considerablemente a apenas 47 millones de pesos en acciones, lo que refleja la retracción de los inversores frente a la incertidumbre respecto de la medida dispuesta por la Unidad de Información Financiera (UIF) y la proyección de las paritarias recargadas. También cayó el volumen negociado en bonos.
El clima mundial fue muy positivo y hubo alzas importantes en las Bolsas asiáticas, europeas y en Wall Street, donde continuaron soplando los vientos favorables iniciados con la caída del desempleo estadounidense a 9% y la baja probabilidad de que suban las tasas en la eurozona.
Tokio ganó 0,5%, el promedio de Europa avanzó 0,9% y los indicadores de Nueva York hasta 0,6% con el Dow Jones consolidándose arriba de los 12.100 puntos.
El dólar se afirmó a 1,3587 contra el euro a medida que se disipan los temores de un agravamiento de la crisis en Egipto, lo cual también se advirtió en la fuerte baja de casi 2% en el precio del petróleo WTI a u$s 87,32 por barril y del crudo Brent que pasa por el canal de Suez, a menos de 100 dólares (u$s 99,26 por barril). El oro quedó estable en u$s 1.350,70 por onza troy.
El índice Merval cayó 1,96% para cerrar en 3.559,72 puntos. La baja se amplió a 2,1% en el Merval argentino (que excluye a las empresas extranjeras), con un escaso volumen de negocios ante las dudas que generó la obligación de la UIF de informar operaciones de compra o venta superiores a 40 mil pesos, que equivalen a menos de 10 mil dólares.
La medida influyó en el mismo sentido que las cartas enviadas a los compradores de dólares en bancos o casas de cambio, y es más efectista que efectiva e incluso hasta contraproducente. En el circuito cambiario, en un mes en que tradicionalmente hay menos oferta de dólares y sigue firme la demanda divisas para cancelar importaciones, se mantuvo en 10 centavos la brecha entre el dólar mayorista y el billete libre o el contado con liquidación.
Los cambistas advierten una mayor demanda e incluso señalan que para superar la barrera de los u$s 2 millones mensuales, se está recurriendo a la compra de algunos bonos en dólares que pagan cupones cortos en divisas. (Alejandro Colle)

domingo, 6 de febrero de 2011

Más demanda de dólares llevó al mayorista a $ 4,0170

De nuevo los operadores del MULC argentino se sintieron reconfortados la semana pasada, porque el mercado siguió moviéndose con mayor dinamismo, más volatilidad “intra day” y con algunas sorpresas que llamaron la atención. Fue muy evidente que, en general, la demanda volvió a superar a la oferta y esto puede explicarse porque febrero es un mes en el que las ventas de los exportadores de granos y productos oleaginosos disminuyen por cuestiones estacionales hasta un promedio diario de sólo USD 50 millones. En cambio, no ocurre lo mismo con las importaciones, que durante 2010 aumentaron 46% y siguen creciendo. Con respecto al tipo de cambio parece confirmarse que el BCRA estaría dispuesto a no dejar que el peso se siga revaluando y por eso aprovecha aquellas circunstancias favorables para dejarlo caer, aunque muy despacio. Al respecto, en lo que va del año nuestra moneda se ha devaluado 1,03%, pasando de $ 3,9760 a $ 4,0170, tal como lo ha mostrado el cierre vendedor de transferencia informado por el Banco Nación.
Otro hecho que llamó la atención fue que el BCRA hacía varios días que no operaba en el mercado de futuros y el jueves lo hizo con fuerza inusitada pero al revés de lo que venía haciendo habitualmente. En efecto, ese día la demanda superaba fuertemente a la oferta y, entonces, ofreció venderle a los bancos contratos de dólar futuro para fines de febrero y marzo a precios tentadores con la condición de que aquellos, al mismo tiempo, vendieran dólares de sus posiciones para cubrir la sorpresiva demanda en el contado. La operatoria resultó exitosa cambiariamente y en términos monetarios, aunque al final el BCRA tuvo que comprar para evitar una caída exagerada del valor del dólar. Las entidades bancarias y cambiarias operaron entre sí, en las cinco jornadas, un volumen de USD 2.687 millones, con un promedio diario de USD 537 millones, 4% menor al de la semana anterior.
Gran parte de esa cifra corresponde a los swaps cambiarios realizados entre bancos y también a las operaciones inducidas por el BCRA. Las reservas internacionales finalizaron en USD 52.500 millones, con una pérdida en la semana de USD 74 millones, por pagos de deudas diversas y los relacionados con el SML de intercambio comercial con Brasil.
En el mercado de futuros del Rofex los precios quedaron para fin de este mes a $ 4,0440, Marzo $ 4,0790, Junio $ 4,1790 y Diciembre $ 4,3550, habiéndose notado una mayor demanda en los plazos largos. En el mercado de New York el futuro dólar/peso a un año quedó operado a $ 4,4813 (11,6%). (J.A.N.)

El euro a prueba en la figura de 1,35 contra el dólar

La mayor economía del mundo creó sólo 36.000 puestos de trabajo en enero, pero el primer mes del año cerró con una tasa de desempleo del 9%, su nivel más bajo en los últimos 21 meses. Así, el optimismo por la recuperación económica estadounidense se suma a las declaraciones del presidente del BCE, Jean Claude Trichet, que enfriaron la posibilidad de una próxima suba de tasas de interés en la eurozona.
Los analistas destacan que si el euro pierde el nivel de 1,35 dólares, podrían agudizarse las pérdidas y algunos estiman que podría verse a la moneda única próximamente en el nivel de 1,33 unidades. De todos modos, operadores e inversores siguen expectantes a la espera de ver cómo evolucionan los acontecimientos en Medio Oriente y qué sucede con el fondo de rescate de la UE.
Pese a haber alcanzado el viernes máximos en casi tres meses en 1,3861, el euro finalizó la semana dando señales de debilidad y alertando sobre posibles correcciones mayores. El viernes sufrió la tercera caída diaria consecutiva y descendió por debajo de 1,3600, perdiendo el sentimiento alcista. La aceleración de la caída de la moneda única se dio el jueves después de que el BCE informara que dejaba sin cambios su tasa de interés, en 1% anual, y también por los comentarios de su presidente, Jean Paul Trichet, dando a entender que la suba de tasas del banco podría demorarse pese al crecimiento de los índices de inflación. El viernes se repitió la escena tras la
publicación del informe de empleo en los Estados Unidos que si bien mostró un aumento en las nóminas no agrícolas, este fue menor al esperado por el mercado. El punto positivo del informe fueron las revisiones alcistas de datos pasados y la caída en la tasa de desempleo, que bajó hasta 9%. Pero al filo del último día de la semana se supo que los jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona aceptaron impulsar el "pacto por la competitividad" exigido por Alemania como
condición para aceptar un aumento del fondo de rescate de la Unión Europea. Según el texto del acuerdo, los líderes dejarán en manos de sus ministros de Economía la definición de propuestas concretas, de manera que éstas puedan ser adoptadas en una próxima reunión de líderes que se celebrará en marzo, siguiendo el calendario exigido por Alemania.
El paquete de medidas para acabar definitivamente con la crisis de deuda incluye además, según se destaca en las conclusiones, reforzar la vigilancia de la Comisión y del BCE sobre los países sometidos a "presiones del mercado" –en una referencia indirecta a España y Portugal y en menor medida a Italia o Bélgica- para garantizar que apliquen adecuadamente los planes de ajuste y las reformas prometidas y evaluar "los progresos realizados". Esta semana los operadores e inversores estarán atentos al dato sobre la balanza comercial estadounidense y a las decisiones de política monetaria del Banco de Inglaterra. El euro cerró el viernes cotizando a USD 1,3585. (J.A.N.)
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