Al cierre de la semana predominaba en el mercado internacional de divisas la impresión de que podría estar más cerca la posibilidad de que se precipiten los acontecimientos que contribuirán a resolver la fuerte crisis sufrida recientemente por las mayores economías del mundo. Aunque no hay que descartar algunos tropiezos todavía. Por el lado europeo y según una versión periodística difundida el viernes, al cierre de ese mercado, el FMI, Alemania y la UE habrían acordado retrasar los vencimientos de la deuda griega, hecho que provocó en la última jornada el desplome del euro de más del 1%, empujándolo hasta un mínimo de 1,4090 dólares. No obstante, la decisión final se tomará después de conocerse el informe que se está elaborando sobre el tema y que se conocerá próximamente.
Ese mismo día el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, declaró que el objetivo principal en estos momentos es evitar nuevas crisis financieras porque "los ciudadanos no van a estar dispuestos a aguantar un segundo rescate bancario con dinero público". Además, Trichet ha ido más allá y aseguró que "estamos a mitad de las reformas y todavía queda mucho por hacer" y enfatizó que una de las prioridades de la reforma de regulación financiera es que "las normas sean las mismas en todo el mundo". Mientras, del otro lado del Atlántico, es posible que el dólar esté disfrutando por fin de un respiro tras una mala racha de meses de duración. Pero no hay que apurarse para festejar. Después de haber caído el miércoles 4 hasta 1,4930 por euro, su nivel más bajo del año, la moneda estadounidense se recuperó más de 6%, al aumentar la aversión al riesgo. Por ahora, se cree que este repunte tiene más que ver con un revés en las apuestas excesivamente pesimistas contra el dólar y los vaivenes en los mercados de materias primas, que un cambio en el sentimiento dominante de que la divisa verde afronta problemas considerables. Pero hay que tener en cuenta que los principales motivos de la caída del dólar aún se mantienen, siendo los de mayor peso la escasa probabilidad de que la Fed eleve sus tasas de interés en el corto plazo y los pocos signos de progreso en lo que respecta al enorme déficit presupuestario de los Estados Unidos. Pero también es necesario destacar que algunos datos conocidos la semana pasada sobre la economía americana fueron positivos y dejaron una tenue luz de esperanza. Al cierre del viernes en el mercado de New York el euro cotizaba a 1,4099 dólares. (J.A.N)
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