“La combinación de la catástrofe de Japón y la crisis en el Norte de África han contribuido a una moderada reducción en el crecimiento esperado del mundo en el año 2011, ahora estimado en 3,6%”, indica el Informe de Abril del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).
Seguidamente, agrega que “si bien se espera una recuperación rápida de la economía japonesa, que será impulsada por un aumento del gasto e inversión pública, se prevén inconvenientes para los países clientes en el abastecimiento de bienes finales e insumos de alto contenido tecnológico”.
Por otra parte, el IAEF señala que el nuevo escenario internacional, en el cual hay cierto grado de cuestionamiento en la sociedad por el uso de energía nuclear, “da un renovado impulso al precio del petróleo en un movimiento que puede ser estructural”.
Ello ha provocado un efecto arrastre en los precios de los productos sustitutos, incluyendo el biodiesel, que, a su turno influyen en los precios de los productos agrícolas.
Por otra parte, el Informe considera que en el escenario económico internacional “hay temor al recrudecimiento de presiones inflacionarias en el mundo, que deriven en una suba anticipada de la tasa de interés por parte de las autoridades monetarias de las economías desarrolladas”.
Esto complicaría la solución de los problemas de los países europeos, altamente endeudados por una doble vía: la mayor inflación debilitaría el consenso social a favor de la corrección fiscal y la suba de la tasa de interés encarecería su financiamiento.
Para la Argentina, el IAEF señala que los efectos serán mixtos: por un lado, el nuevo contexto contribuirá a mejorar la situación fiscal y, en alguna medida, las cuentas externas; y por otro, elevará el costo de insumos importados, en especial el petróleo y sus derivados; y de las materias primas exportables, por otro.
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