La Argentina se encareció 23,2% en dólares en 2010, aunque esto no impidió que más de 10 millones de turistas eligieran a Buenos Aires como destino el año pasado y gastaran unos 10 mil millones de dólares en viajes, compras, espectáculos y tratamientos médicos y estéticos.
El aumento del costo en moneda extranjera se produjo como resultado de un alza de 27,8% promedio en el índice de precios que miden las consultoras privadas, frente a una depreciación cambiaria de 4,6% en el año, ya que la cotización del dólar pasó de $ 3,80 a $ 3,976 en el mercado mayorista.
Si bien la afluencia turística incluyó personas de las más diversas nacionalidades, el grueso provino de Brasil, en parte por la proximidad geográfica y también por la fortaleza del real, que se afirmó 4,4% frente a la divisa estadounidense en 2010.
Las perspectivas para 2011 son de un mayor encarecimiento de la Argentina, en razón de las perspectivas de una relativa calma cambiaria con el dólar a 4 pesos, mientras que las proyecciones de inflación según los economistas privados apunta a 35%, en línea con la expansión monetaria prevista por el Banco Central.
Lo que no está claro es el resultado del sector externo. Si bien el ingreso de divisas en 2010 permitió cerrar el año con superávit comercial y de cuenta corriente, este año la cuenta puede ser diferente.
Habrá que ver cómo impacta en el flujo turístico un encarecimiento de 30% en dólares para los bienes y servicios argentinos, pero además se deben incluir otros dos factores.
El primero es la reducción del superávit comercial, ya que las exportaciones crecen a un ritmo de 23% y las importaciones, al 53% anual. Si se mantienen esas tasas de evolución, el saldo pasaría de u$s 11.800 millones positivo a u$s 800 millones negativo. (No es casual que el secretario de Comercio Guillermo Moreno haya comenzado a poner un pie encima de las compras del exterior).
El segundo es el saldo de la cuenta de capital, en la que juega la formación de activos externos, más conocida como dolarización de carteras. En el cierre de 2010 se convertían a dólares el equivalente a u$s 800 millones, que es un valor estructural para la Argentina. Para 2011, habrá que ver cómo influye el hecho de que haya elecciones presidenciales, lo que históricamente provoca un crecimiento de la demanda de divisas, sobre todo cuando al próximo gobierno lo esperan temas clave para resolver, como la inflación, el atraso cambiario, las tarifas y los subsidios.
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