Esta semana será clave para que el Gobierno defina qué hacer con la deuda que tiene que pagar a los holdouts y las consecuencias que podría tener en la economía en caso de no llegar a un acuerdo. El Estado está ahora dispuesto a negociar. El viernes pasado, CFK anunció oficialmente que ordenaría al Ministro de Economía para solicitar el juez Thomas Griesa a crear las condiciones necesarias para honrar el 100% de las obligaciones del país. Esto impactó positivamente en el precio de activos argentinos que cotizan en el extranjero, debido a las expectativas acerca de una pronta solución. El bono que mejor reacción tuvo fue el Discount nominado en dólares emitido bajo legislación extranjera (DICY). El riesgo país el viernes se ubicó en el valor mínimo de los últimos 3 años (en 709 puntos básicos), cayendo en una sola rueda más de 13%. Los Credit Default Swap (CDS) de Argentina a 5 años se redujeron a 1908 bps desde un máximo de más de 3000 bps testeados el pasado martes.
El resultado que tendrán las negociaciones con los holdouts aún no está claro y aun subsiste una probabilidad de default, que sería considerablemente costosa, tanto desde el punto de vista político y económico. Si bien el Estado no realizaría el pago del próximo 30 de junio, no entraría todavía en default técnico dado que tiene 30 días tras el vencimiento para declararse en mora. En ese tiempo Argentina aspira a llegar a un acuerdo sin violar la cláusula RUFO (rights upon future offers) y que la Justicia estadounidense reponga la medida cautelar que evitaba embargos sobre los pagos del canje.
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